A tí mujer, que caminas,
con la palabra suprema en el desierto humano
sabia, nómada, entre rutas infinitas
como alas optimistas para alcanzar las cumbres de la esperanza,
la cima de tus derechos
Tiende tus sueños como agua sonora
que sacuda la armonía de la historia
la costumbre de los tiempos
que funde la sororidad con ímpetus fecundos
transmutando las flores en ecos poderosos
en vetas luminosas de espíritus inquebrantables
A tí mujer que caminas, que luchas, que amamantas
que perfumas la tierra con tu esencia espiritual
que llenas tu ánfora con tempestades de latidos
de corajes y consignas, como aguas ardientes
inflamables ante la injusticia y el desamparo
Tiende tu palabra, como oleaje sísmico
avasallante ante el maltrato y la matanza
transmuta de tu fuente excelsa de belleza
en campeadora inalterable
melodiosa de serenidad y denuedo
A tí mujer, tiende tu fuerza
como blanca nieve
como flor eterna de rojas llamas
entre constelaciones de entusiasmo
la lucha es tuya
la lucha espera.