Le gusta ver mis detalles
a la vecina de en frente,
me sonríe locamente
como carro por las calles.
Yo conozco bien sus valles
que presentan sus caderas,
ya parecen carreteras
con las curvas y bajadas,
me propina carcajadas,
¡ay amigo, si supieras!
Quiero darle una lección
que le llegue de sirvienta,
aunque finja sus cuarenta,
ya sabrá mi fiel razón.
Ella tienta mi emoción,
quiere ser una muchacha
para no perder la racha,
si me mira coquetea;
me suspira y me desea
y peor si se emborracha.
Voy dispuesto a preguntarle
¿Qué pasó con su marido?
si está vivo o fallecido
porque quiero respetarle.
La lección que voy a darle
es el temple de mi orquesta;
vaya a misa o vaya a fiesta,
le dará algún resultado
con la pasión que ha mostrado
es premisa de mi apuesta.
Dime amigo tus verdades,
de las mías te has gozado,
aunque sea disfrazado
matan las curiosidades.
A pesar de las edades
es inmensa la ventaja
y si te hace una rebaja
¿Creerías en su juego?
Dime amigo sin despego
¿Comerías la migaja?
Lo que te hace tu vecina
es historia muy compleja;
ella y yo somos pareja,
ya lo sabe el de la esquina.
Tu conciencia cristalina
es arpegio en el amor
¡Ay amigo eso es mejor!,
yo veré qué es lo que pasa,
voy apagar esa brasa,
¡gracias humilde Señor!
Nadie duerme sin cobija
si se trata de mujeres,
porque sobran los enseres
que te dicen: ¡no se aflija!
De mi amigo alcancé su hija
que permiso dio sin dudar,
por saber yo respetar
su banquete preferido,
soy su yerno más querido
¿Qué harías tú en mi lugar?
Samuel Dixon [09/03/2022]