Desnuda en el lecho,
dormida o tal vez despierta,
emanas el calor de siempre
y aroma de vida nueva.
Eres el destino de vida,
conjunción de noche eterna,
luna viva entre las sábanas
y leche clara de estrellas.
En ti ahogan mis horas,
a ti mis suspiros vuelan,
nido de primavera sin fin
agua que moja la huella.
Desnuda aunque vestida,
tierna de flores fresca,
En ti todo siempre acaba
y en ti todo recomienza.