Gelzaros

PARA ARGANTONIO

 

 

SUBIDÓN

 

 

Cuando subiendo en el metro me encuentro

me gusta olfatear profundamente

para captar la esencia de la gente

según emana desde su epicentro

 

ya que la inhalación en que me adentro,

en otros lugares no es tan frecuente,

y ese esnifar, tan cerca de la fuente,

no siempre, en mi camino, me lo encuentro.

 

Perfumadas esencias de humanidad,

que me estremecen la pituitaria,

desequilibran la gran pasividad

 

de mi vida aburrida y rutinaria,

y me provocan esta voracidad

de morder una nalga procesionaria.