Somos madres ejemplares,
tiernas hijas primorosas,
tal vez, amantes o esposas,
apoyo de nuestros hogares;
nuestra ilusión, los altares,
en ayudar, presurosas,
sin importar, siempre hermosas,
surcamos todos los mares;
pero también somos presas
de nefastos criminales,
mentes enfermas y obsesas
torpes instintos bestiales:
nos gusta vivir cual princesas
no más destinos fatales...