Déjeme contarle un secreto que guardo en lo más hondo de mi pecho.
Alguna vez usted fue la musa de mis letras...
Muchas veces que escribía pensando en usted, la acariciaba, la besaba y la hacía mía a través de la distancia...
Usted fue la inspiración de muchos de mis versos, de cartas y poemas...
Fue mía tantas veces sin poner un dedo encima de usted...
Sí, fue la mujer de mis sueños, mi amante, mi novia, mi amiga, la mujer que siempre se robó mis pensamientos...
Mis mejores letras eran dedicadas a usted...
Yo, era más que todo y nada, cada vez que le escribía...
Usted me hizo sentir en el cielo y el infierno a la misma vez....