jose l condori c

Rincón de Libertad

En la profunda soledad

el espacio de mis manos se cierra

lo que ella toca desaparece

en la fragancia densa de la noche arañada;

se toca así mismo

conserva enlatada

del rincón de cruces.

 

Mejor, el encanto del jabón,

a veces

una realidad apócrifa

que calla la ausente alegría de las piedras.

 

No encuentro, amor leve,

el montón de puños invisibles

sólo el espacio vendido

y lo que escondes bajo la alcoba

y el retazo del nombre perdido.

 

Claro que estoy distante,

amor de palabras y sogas,

la cárcel del juramento,

el brindis del dinero y la envidia

triste y dolorosa;

no obligues abrir un capítulo de lucha

solo dime amor mío

en labios de abejas.

 

Cuando alguien libera la pasión de los ríos

y sopla aires arrugados

en noches encantadas

entonces la llave palpitante

destapa la alegría de los pueblos.

 

Pero una hoguera de los huesos

es presencia habitada, luna profética

el mismo espanto a los ojos deshabitados

el mismo poder hipnótico entreteniendo

camisas descocidas.

 

Cuando alguien libera la oruga atada

nada sucede al óleo de los ojos impresos

que no sea el texto de las faldas

o el dibujo de los goles

entre fósforos crucificados.

 

Las piedras monótonas actúan

las piedras regente en leyes humanas

las piedras el mismo futbol de movimientos

las piedras antítesis de las huelgas de aretes

las piedras de Walt Street hermosa adúltera

en la noche de la seda y liberados cabellos.

 

Las seductoras ciudades

dan luz verde a las líneas autopistas

las graves demandas de sed

la soledad del estómago

y las campanas del silencio.

 

Exponen la liberación del candado de los pies

que la adición de una mano sobre otra

parece la visión del amor, amigo;

de un mundo donde

la pobreza es ventana olvidada.

 

Un poder oculto preocupa al hoy

envuelve los latidos de la fría soledad lunar

toman el nombre de la democracia y libertad

están aquí

mártires de la economía y religión

dicen libre mercado

y sus banderas

recuerdan gotas largas de héroes

sólo es mirada del hombre al hombre.

 

Pero las radiografías de la babel comunicación

describen el valle de esclavitud:

austeridad,

reducción,

reprensión,

privatización;

en el abismo de las aguas

son las mismas bombas contra Hiroshima

y nada del espíritu de pan

y el susurro de la paz.

 

Las piedras rompiendo bolsillos

las piedras decapitando bocas inocentes

las piedras de falsas conciencias

las piedras que no conoce otras piedras

las corbatas de piedras lavando dineros.

 

La virtud de la libertad

desnuda el fuego vicioso del billete;

el apetito de la uva desteñida

es otro enfoque

del hambre a la hora de la cena.

 

El tictac del sorbo del aire calavérico

aprisa el reloj para marcar el acento del trabajo

María en apuros digita el mensaje claro

Juan el perseguido embrión de estrés

arma el expediente;

los márgenes son estrechos

la firma hecha está;

el humo encanta los retratos desfigurados

imposible que la existencia sea una paz de Luna

posible es el espacio minúsculo roto

a la cadena que se rompe como una cáscara de huevo.

 

Autor: José L. Condori 

Lima, 11/3/22, 9:18pm