Hoy camino libremente y felíz,
porque contigo era un martirio,
por tu celos mal fundidos,
porque venía un saludo de aquella
dama o amigo; yo aquí
en mi pueblo soy conocido;
tú amargada, sea en la avenida
o en esas playas donde yo laboro,
que enfermedad tenías, porque
yo te lo demostraba, que usted
solo amaba, pero como tenía
esa manía de hacerme quedar
en rediculo, en cualquier sitio
por tus celos. Hoy que estoy
fuera de ti, te lamentas; que pena
contigo, porque soy felíz sin
celos enfermizos que llevabas en ti.