Por qué, por qué dices que yo soy
el culpable de tus malos hábitos;
cuántas veces te saqué de esos
lugares donde frecuentabas, hasta te
dejaba para que tengas el pan en casa,
pero tú los gastabas en bohemia,
y cuando regresaba de pesca solo
deuda me tenías, no en víveres era
en licores que te habías consumido;
tuve que hecharte de casa, porque
me casé de tu mala vida que llevabas.
Hoy dices que yo soy el culpable; que
pena me da tu caso. Solo sé que soy
felíz sin tenerte a mi lado, hasta sin
deudas que tú te gastabas; que pena
me das, que hasta el día de hoy no
encuentras un hombre como yo, que
quiso tenerte a mi lado amándote.