Sentada frente a mi computadora,
veo la lluvia caer y percibo aquel olor
de la tierra humedecida que aflora,
me siento, hoy sí, relajada sin calor.
No es un fuerte aguacero a cántaro,
solo unas cuantas gotas que aterrizan,
anunciando la venida de un invierno claro,
vistiendo todo con flores que aromatizan.
El sonido apacible y pertinaz del agua
alborota mi intelecto y me inspira,
liberando aquellas ideas sin paraguas,
para plasmar mis letras que no expiran.
Un ambiente muy fresco y agradable,
con un escenario tranquilo y mágico,
que invita a la meditación favorable,
donde reinen esos versos pragmàticos.
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Marzo 12, 2022 (Omaris Redman)