Porque te vas por ahí,
mejor vete conmigo;
acaso no sientes el amor
que en mi pecho por ti abrigo.
Arde, quema, llena
como aquella Luna, una;
única, como Tú.
Maravillosa cual antigua diosa,
Hera, Afrodita, Atenea.
Guíame hacia tí,
enciende las teas
para ver tu luz;
como Moro hacia al-Ándalus,
así iré yo hacia tí,
guiado por el hermoso sonido,
ese latido, el de tu corazón
que palpita en tu pecho;
con infinita e inmensa pasión.