De un sueño dorado
apareciste tú entre lo real y la fantasía,
tu máscara veneciana
llenó de misterio mi corazón,
amante atrevido y dulce.
En la quieta madrugada
apareciste tú
con tu maravilloso disfraz
ostentoso y lleno de
miles de plumas de bellos colores.
Fue verte y me enamoré,
sin duda Cupido acertó
con su pasional flecha
cargada de llamas y amor
salvaje y sincero.
Mi existencia cambiaste,
me hiciste el mayor regalo
que nunca recibí de nadie,
el amor infinito,
fantasía deslumbrante.
¡ Oh, miles de versos solitarios
y profundos surgen de mi alma,
para volar de tu mano
por nubes de algodón,
surcando el horizonte!
Criatura brillante como la luna,
hermosos sentimientos,
estrellas de plata reluciente;
me seduces poco a poco
con tu cortejo único y bello.
Notas de saxo arañan
el silencio de la madrugada,
y yo caigo entre tus brazos,
y tú me das un beso rosa
baile sensual, caricias de miel.