Ben-.

Duro paisaje-.

Oh batallas furtivas se presentan

aspectos delimitados por presenciales

inauguro una nueva etapa florece la primavera

con su duro aspecto de tiniebla opaca, vena

contraria a mi resorte ingenuo, donde brillan las malezas

con sentencia de rayo, y ese saciarse de cosas bellas

una manzana por ejemplo, o un almanaque perdido

entre otras. Mirad, si no, la belleza sobre el candil

apagado, la trasnochada forma de enumerar paisajes,

los labios intransigentes y la fórmula de nieve que pasa

debajo de la arquitectura de los ríos, ved si no su larga

pasantía. Ceso de imaginar y proyectar recientes o sombras

reiteradas, los huecos en los dientes, las participaciones

de los muslos, los ascensores que limitan la hermosura

de un camión de la mudanza, y ese rayo de esperanza

que trunca en dos, la división de un átomo. Yo

más bien aspiro la ladeada intromisión de un sueño:

su aspecto más bien vulgar de arrasado hombre decrépito.

Tumba altavoz de iniciales consentidas, tumba proteica

que renueva su voz en las señales de los lagartos y sus procederes

tumba incierta que alerta de los suicidios de las moscas

sus insectos válidos llenos de impagables consejos.

Tumba que mira un dolor de antaño, tumba que resuena

bajo los aspectos catedralicios, la natal prueba divina.

O, sobre todo, ese monte recortado bajo naves de carneros;

la llave amaestrada hasta el ingenuo mando de tropas alicaídas

ese resorte mágico de muelles y herramientas transmitidas

ese escritorio dado a las pantomimas y a las voraces libélulas.

Yo volveré la cara como hijo pródigo sobre todas esas terribles

montañas, y haré, de un nudo de sortilegios, la nube maravillosa

de mi sangre lenta.

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