No, querido Nietzsche,
no siempre se logra captar
en lo que se ha escrito
el síntoma de lo que se ha callado.
Ojalá, ¿qué no diera yo?
He gastado tanta tinta y neuronas
interrogando a un corazón sordo
inventando cada grano de arena
de un reloj que mide el tiempo hacia atrás.
He poetizado tantas veces el nombre
de un hipotálamo que sigue ignorándome.
Ni siquiera ha funcionado
mi frustrante dieta de palabras
o la pelea provocada
a mis estúpidas mariposas confusas.
No ha valido tapiar la ventana
para no dejar entrar la lluvia o el atardecer
ése que sigue buscando tu ausencia
ése donde tú duermes y yo sufro.
Quizá debería aprender a escribir en otro idioma,
a pensar en otra lengua, a…
No. Ahora soy un cuervo que escapa de ti,
de mí y de un tiempo del revés
porque no has sabido, ni querido
leerme entre las líneas donde yaces
cierto, tristemente adyacentes, equidistantes
y obtusamente que no existen
para acercarte tanto,
como pretenden mis locas
y atrevidas ganas de nosotros.
Porque tampoco ha servido callar
al maravilloso pentagrama de tu voz
y siento con lo que queda,
que te me vas en silencio,
aunque no lo externes.
No, no terminará, y lo que quedará,
me pregunto cada madrugada,
si será suficiente para seguir teniendo
un mísero motivo de seguir callando
en lo que se ha escrito
o gritar lo que he enmudecido
enfrente de tu boca,
y es que siempre he deseado
captaras en mis escritos, eso,
todo eso que he callado
absolutamente por amor…
© NIETZSCHE SE EQUIVOCÓ |✍ Erika Cristina Rodríguez Padrón #EPadrón @EPadrón 🤎🇲🇽