Mi mano tomas con cariño
Y así te guío
Caminamos a la orilla de ese río frío
Tomas una roca y la lanzas tal pelota
A la profundidad llega
Pero eso no te frena
Tomas algunas más
Y decides probar
¿Cuánta agua nos habrá de mojar?
A la fuerte corriente le acompaña un viento ligero
Donde la ligereza no significa haya dejado de pegar
Sin embargo, nuestros cuerpos no paran de jugar
Pero al tiempo gritan por calor encontrar.
Decidimos continuar con el camino
Las aves provenientes del norte atestiguan nuestros gritos
Nosotros no paramos de admirar
La libertad representada en esas agraciadas aves
Cuando llegan a bajar
Sus cantos escuchamos
Y después de un rato
Decidimos retiramos
Para irnos a descansar
Al calor de nuestro hogar.