La bohemia en su absoluta seriedad, indecente y sombría. Gota a gota de una abstención tardía. Desgastando huesos, como al azúcar su agua tolerada bendita. Ácido que confunde ideas, opios que recubren sueños e inventa, claro que descubre lo insano, como un rayo, como el rabal que Mefisto intuyo en tu destino. Cigarro por ceniza y humo entre cortinas , viviendo en un submarino marinado por lo diáfano absurdo. Ventanucos entre celdas, anillo de presos, guarida de amebas, es el quicio de una puerta, el desquicio de un suspiro entre tus venas. Bohemia en mayúsculas y sin verjas, hay funambulismo de tecla a tecla, oriundo es su veda y aun ni conserva su risa de penas. Ves, son caras de almas sin gloria , son gestos de borrachos de cualquier maltesa, no quiere este triste andante, como poema que no tiene amante , dale monedas y decidle que ande. Hay precipicios de bastardos enrabiados. La absoluta como su vodka, quema el agua y el whisky en su boca. Se escurre y discurre entre taburetes y la gran dama, hermosura es todo y la nada, son y es golpes. Dolores y rabia, cuerda floja, es un tira y menos rota, cruzada su chaqueta de pobre en la infamia, hasta de colores mate, tiene algo por barba y escribe sin pausa. Buscando, buscadme por el diecinueve, así dulce dolor infante , cuando nace menor , menos hace, gravemente suave, Caín de mil sabores. Bohemio de sombreros rotos, creyéndose aquel dandi que suspira sin tener mira, francotirador que dispara agobio sin autocontrol, sabiduría de cojín falso, favores que no amores, es bohemio sin clamores de esas oxidadas trompetas.