He encontrado mi alma en un humilde recinto
Las huellas son los fuegos de la pasión
Ha cesado el afán por caminar con el tiempo
Ya no existe el Tic- Tac marcando el destino.
Es la vieja humanidad con los huesos rotos del fin
Las horas remontando como los ríos de la fugacidad
Las nostalgias acumuladas en los años vividos
Espiritu viajando en un cuerpo repetido de los siglos.
Las aves del cielo visitando al árbol de la luz
La lluvia con sus gotas deslizándose entre cada paso
Del camino elegido con la esperanza de los sueños
Los ojos buscan en el horizonte un templo invisible.
La relativa distancia ama su propia Grecia
Voces murmurando ansiedades del Olimpo
Ítaca amanece en cada grano de la tierra viviente
El infinito es palabra sufrida de nuestras creencias.
El asombro es libre tanto en lo joven como en lo viejo
La risa es necesaria sin mayor explicación
Y la tristeza suele ser intrusa e inoportuna
No decanta el dolor ni entiende circunstancias.
Las hormonas con sus átomos crean la química
Para creer en las coincidencias del curso de las cosas
Cuando la razón es curiosa indagando las sombras
Hay un vacio propio en la dinámica del todo.
Nunca veremos los vientres de la creación
Siguen pariendo articulando el sonoro alboroto
Que se convierte en rutina sin reverenciar a la suerte
Sin color se galopa por encontrar afecto en esta vida.
EH