Raiza N. Jiménez E.

Marioneta. -

Señor, aunque los días sean cortos y largas las noches,

mis tiempos se cuentan a mi capricho y así siempre será.

No se olvide que en mi territorio, no habrá derroches

que trastoquen mis andanzas, será así, y Ud., ya lo verá.

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No caben en mi pecho más caprichos que los propios

y si pretende amarme, yo no garantizo nada en avance.

Soy mujer de pueblo, y siempre rechacé lo impropio.

Se lo aclaro, para que no me ponga Ud., a mí, en trance.

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No deseo que de mí se adueñe, y es mejor que se equlibre.

Oiga Ud., yo prefiero pasar un mal rato de pura sinceridad,

A que Ud., pretenda a abusar de ello, y qué Dios me libre.

Deseo Usted sepa que, para mí, lo primero es la bondad.

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Si a Ud., no le parece, debe irse por donde mismo vino,

ya que esta mujer, tiene una sola palabra y no la repite.

¡Ah, y si no está de acuerdo, mejor es que siga su camino!

Tengo visto por allí uno que, por mi amor, ahora compite.

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¡Quién lo viera y quién lo ve, mejor se desencanta ahora,

no más tarde, cuando crezca el chasco y no haya Aurora!