Señor, aunque los días sean cortos y largas las noches,
mis tiempos se cuentan a mi capricho y así siempre será.
No se olvide que en mi territorio, no habrá derroches
que trastoquen mis andanzas, será así, y Ud., ya lo verá.
****
No caben en mi pecho más caprichos que los propios
y si pretende amarme, yo no garantizo nada en avance.
Soy mujer de pueblo, y siempre rechacé lo impropio.
Se lo aclaro, para que no me ponga Ud., a mí, en trance.
****
No deseo que de mí se adueñe, y es mejor que se equlibre.
Oiga Ud., yo prefiero pasar un mal rato de pura sinceridad,
A que Ud., pretenda a abusar de ello, y qué Dios me libre.
Deseo Usted sepa que, para mí, lo primero es la bondad.
****
Si a Ud., no le parece, debe irse por donde mismo vino,
ya que esta mujer, tiene una sola palabra y no la repite.
¡Ah, y si no está de acuerdo, mejor es que siga su camino!
Tengo visto por allí uno que, por mi amor, ahora compite.
****
¡Quién lo viera y quién lo ve, mejor se desencanta ahora,
no más tarde, cuando crezca el chasco y no haya Aurora!