Con la luz de la luna, viajaremos al cielo,
y los dos extasiados temblaremos de amor;
y sintiendo en el alma, de pasión el ardor,
vibrarán los deseos en onírico anhelo.
Reclinada en mi pecho, sentirás el revuelo
de los sueños que nacen, al compás del calor
de mis manos ardientes, que con tierno fervor
acarician tu cuerpo, de sutil terciopelo.
¡Con un beso extraído de la furia del viento
nacerán las cascadas de inmortal frenesí;
y sintiendo en mis venas el febril nacimiento
del delirio glorioso, que jamás lo sentí;
llegaré a tus entrañas a dejarte mi aliento
con el fuego divino, que a ninguna le di.
Autor: Aníbal Rodríguez.