Raúl Voltavayeros

ME PRESENTO…

ME PRESENTO…

 

Tengo un problema conmigo mismo.

Ando preguntándome sobre qué decir de mí.

Me pongo hosco y maldito

cuando la respuesta es demasiado simple.

“Soy un tipo como todos” -debiera decir-

“Estoy cansado de vivirme”

“Estoy cansado, hermano, de vivirme y de vivir”

 

Así y todo, busco amarrarme

al consuetudinario perfil de la gente de bien

y tan incapaz soy de mandar a todos al diablo

que aparezco destacado en la guía telefónica

y en los registros bancarios.

Saben las iglesias de diferentes credos

que soy un tilingo tratable,

obediente a Dios

y al Estado.

Saben los médicos que temo a la muerte.

Conocen los policías

lo bien que respeto el tránsito.

Ahora bien,

no puedo decir que nada he aprendido:

algunos años de universidad,

tantos otros de vagabundo, de hombre los menos,

de niño por lo general y este bigotito

recientemente más fuerte, más denso,

que me ha dado el aspecto

de un chimpancé respetable y erguido.

 

*

Me presento…

Soy las veces como usted.

Debo al fisco un dineral,

al mecánico, al hospital,

(a mi exmujer no la cuento).

Una vez me pusieron los cuernos

y no dije nada. Lo dejé pasar.

Otra, me di licencia de un eructo y mi nombre

lo asociaron al de Charles Manson.

¡Qué ocurrencias tiene la psiquiatría!

Viera lo triste que es todo ahora y más encima

no encuentro qué decir de mí:

si estoy bien, si estoy mal, si van a dejar

que me vaya a casa

con las botas puestas

y el bisturí.