Atravesamos el placer con tan delicada devoción hasta que el estremecer de nuestros cuerpos surgía del misterio. Recordarlo hace que tiemble mi carne.
En cada ocasión me he entregado a ti con todas las fuerzas de mis latidos, mi pasión y he sentido la ingravidez sobre ti cuando en el clímax llameante emerge un acuoso néctar; escurriendo por las orillas de tu profundo manantial del cual gozo alimentarme. Extrayendo nuestras energías, navegándonos y experimentando el frío con el calor, comunicándonos con gemidos extasiados entre todo el elixir de pasiones.
Alborotas mis entrañas entre besos y levantan emociones desenfrenadas que contienen sabor a ti.