Habrá miles de soles en el cielo
y un cúmulo de estrellas te verán pasar…
volarás como vuela el colibrí
que busca la flor en el rosal;
serás como el suspiro de la brisa
trayendo notas de un coro angelical.
Y si quieres mi tristeza consolar,
no tienes más que hacerme oír
el canto del zorzal.
Un día tibio cualquiera,
dos alas doradas se abrirán
y yo sabré que me habrás venido a buscar.
Mis manos silenciosas tomarás
y ambos reiremos al ver las otras vidas
aún andar…