Junto una estufa de gas de llama parpadeante entre vientos y lluvias que sacuden las ventanas de un caserón semirruinas de la Vall d´Uixó, un Ángel dicente enfundado en una manta apolillada contempla legajos burocráticos que testifican su muerte civil. La blanca llama de una vela envalentona la marcha fúnebre de una voz agotada y ahogada en la tormenta.
“Ya no puedo gritar. Solo me queda abandonar, sentir rabia y que esta me lleve a una tranquila muerte por inanición. Aunque quizás Ángel paciente, mejor que la muerte sea el olvido del sistema, para no tener que soportar el tormento lento de la misma repetición de un día y otro día entre burlas de esas marionetas de burócratas. La vida en España es una cadena cansina de mamarrachos incesantes, generación tras generación, siglo tras siglo. La evolución del mono dio paso al del monigote, y de ahí ya no se ha superado el hispano. El hombre cívico en este país está condenado al castigo de la burocracia, y a los palos policiales. Si hubiera hecho caso a Filomeno Cuevas, no me vería en esta situación de postergación, que ahora los psicólogos llaman frustración, eufemismo científico político para quitar la razón a las víctimas de la burocracia.
Consejos y ejemplo me diste Filomeno Cuevas, hombre de saber, calavera toda la vida, abre y cierra el bar. Padre de hija, Claudita, abandonada en una institución, esposo de Mari Luz, que puebla mes tras mes servicios sociales para traer una paga a casa. Con solemnidad de calavera, da consejos de patriarca a todos desde una mesa de una esquina bajo la cabeza de un cabestro. Cuando fuimos remitidos por el ayuntamiento a una taller de coaching donde nos llenaron nuestras cabezas disecadas de promesas de éxito profesional, y nos animaron a formarnos sin parar. Más Filomeno tras escuchar a la master coach hablando a nosotros, su triste público alumnado de esfuerzo y empatía hacia el prójimo, escucha activa, Cuevas me dijo por lo bajo que no perdiera el tiempo haciendo caso, que pidiera una paga a servicios sociales como el resto, y que me conformará con entrar en una taller de empleo de tando en cuando, y allí tratará de no aprender nada para entrar en el siguiente.
Ojalá le hubiera hecho caso. El resto de la mesa que estaba de cuerpo presente y mente ausente, ya está colocado en una esquina del pueblo, formando parte de la brigadas, ocho horas sujetando la escoba y un jornal de casi funcionario. Hay que tener amigos en el infierno y en el ayuntamiento.
Más yo, que hice promesas de enmienda personal y ser hombre de responsabilidad profesional, tres meses llevo ya intentando acreditar mis competencias profesionales en la familia agraria. Cargo con los requisitos primarios, tener 2.000 horas acreditadas con vida laboral legal sobres los riñones, que si toda las horas sumergidas salieran a flote, me presentaría para agronomo. más de mil horas acreditadas sobre mi férreo cráneo de estudios que acompañan a los certificados laborales, una empresa privada de formación en jardinería contratada con facturas actuales son más de 300 euros invertidos, y cuyo importe que debo abonar alcanza los 650. Acreditar para salir de ese círculo dantesto de 12 años de exclusión social , pozo ciego para el que allí se adentra del que no puede salir más que bajando, bajando de nivel por el lodo infernal al que está condenado en el pozo ciego. Ya no hay reinvención , ni reivindicación posible para ti triste Ángel del fracaso . No te espera escalera mágica que te lleve al cielo. Es absurdo persistir cuando he acudido a la administración varias veces, y me han llamado la atención por, según ellos, insistir . Nada hay peor que un excluido motivado, sin embargo dentro de mí,estoy seguro de que tengo razón, y ya solo esto me mueve a dejar esta queja, como testamento de un dicente”
Agarrando pluma y papel que vuelve a dejar en el sitio por ser tiempos de nuevas tecnologías. mirando los legajos recuerda el ángel del abandono institucional, enciende el ordenador para hacer un power point para el defensor del pueblo. Título: queja sobre no poder obtener un certificado de profesionalidad a través del proceso de acreditación profesional.
Hoy estamos a 15 de marzo del 2022. Inicié este proceso el 21 de diciembre del 2021.
Mi viaje empezó en el Ayuntamiento, pidiendo asesoramiento para el programa acredita. Decir que yo fui alumno ejemplar del taller de empleo del 2018-2019 y el encargado de hacer el cierre ante la autoridades que aplaudieron mi interés en seguir formándome. La alcaldesa llegó a decir de mí: por alumnos ejemplares como Ángel vale la pena la inversión en talleres de empleo. Ahora me dicen al verme que nada saben, que el encargado es el instituto de empleo.
Me dirijo al instituto de empleo. Pido cita.
allí cuando les explico que quiero formar parte del proceso acredita y necesito orientación de dónde dirigirme.
¿Lleva usted algo para registrar ?
No -respondo.
Pues redacte su queja y vuelva.
Vuelvo con mi sugerencia pidiendo información para acreditar competencias laborales.
Un mes después recibo la respuesta.
La respuesta es que me apunte a un taller de empleo como el que hice con el ayuntamiento.
Me digo a mi mismo que esa respuesta es condenarme a no poder mejorar mi formación, pues es imposible que yo entre de nuevo a un taller de empleo de jardinería si no es de profesor, y que estuve en uno de esa modalidad, y no es lo que solicito.
Como alumno ejemplar del taller de empleo volví al ayuntamiento. Está vez motivado por comentar la orientadora laboral que debía pedir certificados de empresa del taller de empleo donde estuve como alumno ejemplar para acreditar las horas de trabajo relacionadas con el nuevo certificado que deseaba obtener ahora.
En el ayuntamiento me dijeron que no iban a registrar ni perder el tiempo con nada relacionado con este tipo de solicitudes de un taller pasado bastaba con la vida laboral.
Les recordé que yo fui un alumno ejemplar.
Y me despidieron con un adiós y suerte
En otra reunión con el instituto de empleo , en febrero del 2022, y en castellón donde me mandó un nuevo orientador laboral, tras el buenos días y las primera palabras amables, cuando les comenté que el motivo de la reunión era para asesorare en el programa acredita, las primeras palabras fueron deme su DNI.
Advertido a lo que iba, al entregar y consentir el acceso a mis datos empezó a indagar en mi vida formativa y profesional . La conversación pronto se alejó de lo que yo esperaba , que era como sabemos ser orientado en el proceso acredita, pero fui desorientado rápidamente.
Veo que tienes unos certificados de jardinería, y uno sin recoger. ¿usted recogió el certificado profesional que le acredita como auxiliar de viveros?
No, creo que eso no. Pero esa no es por lo que he venido.
Veo que está haciendo otro certificado laboral con nosotros, es así.
si.
de docencia para el empleo. ¿Verdad?
Correcto, pero yo venía a por otra cosa. Ni vengo a por un diploma que hice en el pasado, ni a hablar de lo que estoy haciendo en el presente. Lo que necesito , por acabarse el plazo, es saber donde debo registrar la documentación para hacer el examen de un certificado laboral de paisajismo a través de las acreditaciones profesionales.
La funcionaria mirando el reloj y la agenda.
Pues como tiene que ir una técnico en breve de esta casa a supervisar que el curso de docencia que se haga correctamente, le llevará el certificado laboral de auxiliar de viveros que no recogió, y le pregunta en su nueva aula a la supervisora donde debe ser orientado para el proceso de acreditaciones laborales.
¿ pero no puede atenderme en mi pregunta?
Lo siento pero yo no llevo eso.
Pero si me han mandado aquí desde vall d´uixó porque usted lleva estas cuestiones.
Lo siento pero no es así.
Finalmente llegué a saber gracias a otra orientadora laboral quien era el encargado del programa acredita: los institutos, incluso pude averiguar el instituto que tenía asignado.
El Benisgalo. Allí reunirían la documentación y me ayudarían a preparar la acreditación.
Un maestro fue el encargado de atenderme. Me comentó que quien llevaba el proceso de acreditaciones estaba de baja, y sin esa persona competente en esa materia el resto no podía hacer nada.
Puso su mano en mi hombro y me acompañó, o me expulsó a la puerta o a la calle. Probé en otro instituto. En el Honori García.
Allí sólo acreditaban comercio y me mandaron a Nules. En Nules me preguntaron de dónde era.
De allí me mandaron a Castellón, de Castellón concluyeron que lo mirara por internet.
Pero esa no es la solución, un instituto está obligado de tutelar la acreditación.
Solo queda abandonar.
Ángel Dicente.