Carlos Ojeda

Seré el mar agitado….

Seré, el mar agitado….

A base de martillazos, enderezaron mis sentimientos y estos se hicieron libres y escaparon.

El fuego, motivó mi alma

a seguir,

a que no me rinda,

qué hay que luchar.

Se me dió un color de piel,

que fue pura casualidad y sembraron en mi mente,

la libertad.

Me hice mar,

para complacerte,

viento, lluvia y granizo,

me cansé de esperarte,

senté en tú lugar

a la tristeza.

El abandono fue evidente,

me sumí en soledad.

Fieles, si que fueron,

las gaviotas,

que por miles regresaban,

sin tomar en cuenta

que tan fuerte

el oleaje y el viento amenazaran.

Estaban ahí,

buscando lo suyo, compartiendo un espacio.

Y yo….ahí,

con una simple inquietud,

que ahogaba mi alma.

Que tan indefensos,

Dios mío, podemos ser,

que para ahogarnos

no necesitamos de ese mar profundo, oscuro e impetuoso, con un mal gesto,

con sabor a desaire….basta.

Pero, la lucha

tiene que continuar

aquí nadie se rinde.

Nos encontrarán

alegres y fríos,

muy ajenos al dolor,

tal vez insensibles

en apariencia….felices.

Nadie se imagina

la realidad,

la necesidad de sumarnos

a la caravana,

donde por destino,

se tiene la ilusión.

Con prisa por llegar,

para dejar descansar

nuestro lomo,

de la carga pesada impuesta, por el sufrimiento y el agobio. Por eso….mi niña,

para ti,

seré ese mar agitado,

por donde navegan

tus sueños,

buscando en mi interior espuma blanca,

para hacerme sentir

en tú rostro,

se que es el camino

más cercano,

para llegar, a tú alma.

Tú, no quieras mirar

cuan profundo soy,

sigue cariño mío,

dormida, en silencio,

que yo, arrullaré tú sueño,

con este viejo rugir,

que marca mi existencia

y mi soledad.

             Cariño mío.

 

D.R.A.

Carlos H Ojeda Behr.