Seré, el mar agitado….
A base de martillazos, enderezaron mis sentimientos y estos se hicieron libres y escaparon.
El fuego, motivó mi alma
a seguir,
a que no me rinda,
qué hay que luchar.
Se me dió un color de piel,
que fue pura casualidad y sembraron en mi mente,
la libertad.
Me hice mar,
para complacerte,
viento, lluvia y granizo,
me cansé de esperarte,
senté en tú lugar
a la tristeza.
El abandono fue evidente,
me sumí en soledad.
Fieles, si que fueron,
las gaviotas,
que por miles regresaban,
sin tomar en cuenta
que tan fuerte
el oleaje y el viento amenazaran.
Estaban ahí,
buscando lo suyo, compartiendo un espacio.
Y yo….ahí,
con una simple inquietud,
que ahogaba mi alma.
Que tan indefensos,
Dios mío, podemos ser,
que para ahogarnos
no necesitamos de ese mar profundo, oscuro e impetuoso, con un mal gesto,
con sabor a desaire….basta.
Pero, la lucha
tiene que continuar
aquí nadie se rinde.
Nos encontrarán
alegres y fríos,
muy ajenos al dolor,
tal vez insensibles
en apariencia….felices.
Nadie se imagina
la realidad,
la necesidad de sumarnos
a la caravana,
donde por destino,
se tiene la ilusión.
Con prisa por llegar,
para dejar descansar
nuestro lomo,
de la carga pesada impuesta, por el sufrimiento y el agobio. Por eso….mi niña,
para ti,
seré ese mar agitado,
por donde navegan
tus sueños,
buscando en mi interior espuma blanca,
para hacerme sentir
en tú rostro,
se que es el camino
más cercano,
para llegar, a tú alma.
Tú, no quieras mirar
cuan profundo soy,
sigue cariño mío,
dormida, en silencio,
que yo, arrullaré tú sueño,
con este viejo rugir,
que marca mi existencia
y mi soledad.
Cariño mío.
D.R.A.
Carlos H Ojeda Behr.