Amándonos perdonamos la poquedad del olvido
Abrazamos incredulidad en la humildad del silencio
Conquistamos el horizonte con la fuerza del corazón
Plantamos un destino sin casualidad para ser decisión.
Amándonos vuelve nuestra alma a escribir su cuna
Sin reclamar misericordia de la falsa santidad
Ni mendigar compasión a los que fingen bondad
Doblamos la esquina viviente sin lamentar el adiós.
Amándonos somos brisa acariciando la esperanza
Peregrinando la montaña para arrojar los secretos
Transformando el llanto en un arco iris de risas
Comprendiendo la naturaleza de nuestros afectos.
Amándonos aceptamos lo claro y oscuro del ser
Arropamos la soledad sin asperezas del tormento
Dialogamos con la libertad de la conciencia humana
Somos labriegos en el infinito albedrio del espíritu.
EH