Un hombre solitario en un frío atardecer llegó
Un hombre cuyo nombre nadie conoce
Un hombre sediento
Un hombre hambriento
Un hombre...
Sus ojos negros como cañónes de escopeta
Su cuerpo cansado y herido
Su ropa rasgada y cubierta por el polvo del desierto
Un hombre sin nombre, sin dicha, ni angustia
Maldito, olvidado de Dios
Un hombre con el temple para cazar a los más viles y crueles
Un hombre...
¡No!
Un pistolero....