Con tanto beso alado a la deriva,
fluyendo de un confín a otro confín,
cruzándose el Atlántico sin fin
en una interminable y fiel misiva.
Parece que no existe disyuntiva,
o tabla que, imitando un trampolín,
con un impulso brusco y saltarín
acerque la distancia intempestiva.
El viento seguirá llevando besos
en vuelo de mi orilla a tu ribera
capaces de llenar un poemario.
Te llegarán a miles inconfesos,
reunidos todos ellos a tu vera,
contigo, a celebrar tu aniversario.
Deogracias González