Contemplo el cielo azul, yo satisfecha.
No hay nubes, ni celajes, solo el sol.
Palomas mensajeras van en filas,
maniobran y se entrenan ¡tan unidas!
Se relevan y mantienen formación.
La huella de un avión se va quedando en blanco y pequeño cinturón.
Y la vista se me pierde en la distancia:
¿será el cielo tan azul, tan transparente donde se hace el ozono evidente, en cualquiera otra distante locación?
Voy absorta y percibo mariposas,
entre rosas y amapolas, retozando
son pequeñas, todas visten de amarillo, una sola de naranja he de admirar.
Y respiro, y bien sé que mi dioxígeno, no trae gases industriales a mi pulmón.
Siento el perro que le ladra a mi vecino,
con cariño de un amigo y dice adiós,
y me asombro como juega con el gato,
con aquel que desde pequeño se crió.
Yo quisiera convertirme en uno de ellos y vivir en tan hermosa comunión.