En la oscuridad de la noche,
escribo versos nocturnos,
que son como taciturnos,
sin penas ni derroches.
Escribo sin pensar,
versos que son sin tiempo,
resuenan con el viento,
y con la brisa al pasar.
Le escribo a la vida,
a la maravillosa existencia,
sintiéndome yo plena,
con calma y sin prisa.
La vida es un bello amanecer,
son los pétalos de una rosa,
que acarician mi boca,
y al destino al nacer.
En el silencio de la noche,
escribo versos nocturnos,
son versos profundos,
es el amor sin reproche.