Sueño con el trueque
de algo templado por el azar,
sueño ser navegado por alisios
sin poner rumbo al mar,
sueño que soy tristeza
como se guarda una lágrima en el bolsillo
al conseguir que no se arrugue
su salada pendiente,
sueño ya tarde con la vida enviudada,
y que la onírica lucidez
de la vigilia
dé la cara,
como crisálida del deshielo
como la sangre sitiada del corazón
que defiende su pálpito
en un fanal de espuma,
sueño que las vísceras de los huesos
ocupen la muerte
hasta derramarla
sin miramientos,
sueño que el canto del vacío
salga cara,,
sueño con la súbita aparición
del viento
cicatrizando heridas
de pretéritos imperfectos
y regresos a medias,
hoy por fin es el día
en el que se hace de día
sin otro amanecer que la noche novísima.