Para qué formar frases
si cada palabra ya lleva en sí su propio mensaje,
pues ya define una cosa,
o indica una propiedad,
o un movimiento,
o un sentimiento sin adjetivar,
o una perenne necesidad,
cosas, cosas, cosas, revueltas cosas
que puedan sugerir multiplicidades inconexas,
que, supongamos,
nuestra mente puede conectar
de formas diversas,
según cada cual,
o, no,
que cada cual elija la suya
y bien estará: ese habrá de ser
su corto mensaje,
por ejemplo, pensemos en la palabra «paz»
y que las palabras que la rodean
no sean nada,
brumas nada más,
pequeñas cosas,
pues decir «que en paz descanse»
sería demasiado mensaje:
¡Que barbaridad!
Pero no importa así decirlo
aunque, ese eterno descanso
no puede significar otra cosa
más que la de estar en paz,
redundancia, quizás,
repetición ociosa,
pero no está de más,
pues:
¿Cómo no habríamos de ser generosos
con las palabras
en ese momento,
que no ha de volverse a dar?