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DESTELLO PERMANENTE


Cómo el pájaro cuando abandona el nido por primera vez,
mis ganas se desprendieron del miedo
y mis libidos fueron aplacados y traspirados.

La luz se hizo hombre
y yo como hombre me hice resplandor.
y él como hombre quiso mi despertar.

Los estallidos de gritos me revulsionan por dentro,
y lo desmarañan todo.

El calor ya es vapor.