Somos lo que somos
aunque no seamos
y si no, veamos,
que no siempre somos.
Somos con asomos
aunque no creamos
y pronto nos vamos
siendo como somos.
¿Y por qué no somos…?
Porque no aprendemos
y así seguiremos
siendo como somos.
Vamos donde vamos
aunque no sabemos
cuando no tenemos
claro dónde vamos.
Y nos lamentamos
porque así queremos
cuando caras vemos
y nos enfadamos.
Pero cuando somos
en lo que creemos
firme mantenemos
lo que siendo… ¡somos!
Vemos lo que vemos
pero nos callamos
si nos asustamos
viendo lo que vemos.
¿Y por qué si vemos
nunca, nunca hablamos?
¡De temor temblamos
si es que amanecemos!
Pero cuando somos
no nos detenemos
y así defendemos
decir lo que somos.
Digan lo que digan
nunca son verdades
más son falsedades
que en verdad fatigan.
Y a dudar obligan
con sus terquedades
con sus prioridades
¡Digan lo que digan!
Que nunca te digan
si en alguien creyeses
que no hay intereses
que en verdad persigan.
La historia es la historia
de mucha injusticia
de tanta avaricia
que está en la memoria.
Y abunda la escoria
con tanta pericia
con tanta impudicia
en su trayectoria.
Por eso no somos
ni vamos, ni estamos
y solo pensamos
creyendo que somos.
Si no denunciamos
y nos pronunciamos,
entonces… ¿qué somos?