Desde mi gran soledad,
divina paz interior,
entre tu aliento de amor
y tu divina verdad;
veo la ingrata crueldad,
la violencia y el rencor,
mucha torpeza y dolor,
una gran fatalidad;
sociedades fratricidas,
fanatismos sin razón,
comunidades perdidas
por insaciable ambición;
llevan marcas homicidas.
llevan muerto el corazón...