Es domingo, o tal vez lunes
Cómo saberlo, el tiempo se sucede indiferente
Parecen las noticias todas estancadas en el tiempo
Guerra, hambre, perversidad donde quiera se mencionan
Y esas voces tercas, necias que predican el amor y la justicia
Tercas, necias, insistentes en proclamar otra forma de pensar
Exhaladas tal vez en medio de miserias, en medio de la angustia
De verse así asediadas, humilladas continuamente
Como si toda esa energía fuese en vano
Como si destinados estuvieran a la soledad
Y nadie, nadie quisiera alienarse en su consigna;
¡Paz!,¡paz!,¡ justicia!¡ amor!, no se cansan de gritar
Con esa energía que solo del infinito puede provenir
De esa energía que parece infundirles su omnipresencia
Y se impregna en sus cuerpos tantas veces torturados
Por el insomnio, por el llanto, por el martirio o el destierro
Se impregnan y es tanta, tan intensa, que los comprime
Y sus voces siguen tercas, necias, insolentes
Pregonando lo que es a otros imposible, inaudito
Suicidándose en sus quimeras
Derrumbándose de trecho en trecho
Y sin embargo, hechos un guiñapo no dejan de exclamar:
¡Paz entre las naciones!
¡Detened esas matanzas insensatas!
¡Frenad la construcción de tantas armas¡
¡Dejad de verter veneno en los elementos de la Tierra!
¡Justicia para el trabajo de tantas horas de cansancio!
¡Permitid que las necesidades de las masas se cubran con decoro!
¡Libertad para que las mentes tiernas se nutran de valores!
¡Permitidles conocer la historia real, cruda y nítida, sin distorsiones!
¡Amor para cada criatura que late en éste mundo!
¡Que el amor inunde sus confines y rincones más profundos
¡Que sobre la faz brille en los ojos de cada bestia y cada humano!
¡Que se respire en cada piedra , cada hoja, cada poro y sea uno con el creador!
¡Paz!¡justicia!¡amor!
Y en sus fiebre sueñan, y entre sus dolores alucinan
Ese mundo transfigurado en risas de niños
En verdes florestas repletas de vida silvestre
En talleres y escuelas donde todos se tratan de hermanos
Donde hasta las serpientes producen perfume
Donde la sangre vertida en los suelos se levanta
Transmutada en increíbles jardines repletos de flores
Donde los aullidos de terribles torturas son inocentes trinos de aves
¡Paz, ¡justicia!¡amor!¡vida, simplemente vida!
Imploran con la vista fija en ese infinito que los escucha
Arrogantes con los hombres pero postrados ante Dios
¡Paz!¡justicia!¡Amor!
No importa que pretendan silenciarlos
con amenazas o extorsiones
No importa que ignoren sus esfuerzos
es más cómodo fluir en la corriente
No importa si en la calle los miran de reojo
tildándolos de orates u obcecados
Éste es solo un paso estacionario
Es un minúsculo grano en la galaxia
Hay un universo para ellos
¡Paz!¡justicia!¡amor!
Otra realidad aún es posible
Un mundo fraternal con cada uno es posible
Unidos los pensamientos constructivos salvan el planeta
¡Paz!¡justicia!¡amor!
¡Vida! simple y llanamente plantemos cada día