Juan Pablo Figueroa Mansur

Para entonces

Para entonces

 

Cuando el destino nos separe y quiera

tu firme voluntad darme olvido,

sentirás en tu espíritu prendido

mi recuerdo, cuál verde enredadera

que se enrosca a las flores de la memoria,

que se abre entre las veredas del alma,

pero que promete jamás la asfixia.

 

Hasta que nos encontremos,

no me extrañes; para entonces,

que Dios te envuelva el alma,

que te guarde en su palma,

su más grande creación eres.

 

Para entonces, volverá

el calor del verano,

te envolverá

el sentir más humano,

en ti la gracia chapoteará,

y sabrás que no fue en vano.