Situación circunscrita
relojes de arena prescritos
rezan beatas sus letanías hediondas
lejos del mundo quedo ciego y sordo
a sus demandas ambulantes y excepcionales
mas me aprieta el calzado, donde reina
un solitario monarca, desdeñoso y puntilloso.
Abarcan mis células el grano de acné
la herida tumefacta, el acreedor campo
de heno, fresco y delicioso, para pasto
y bacanal de vacas y ovejas: su peculiar
sinfonía de colores abigarrados y sin sustancia.
Las bombas descienden y salto hecho pedazos
la ignorancia me acomete y me asalta
soy propiamente un baúl ensimismado
una lana desperdigada que los ataúdes no llenan.
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