Cuando miro tu carita,
de diáfano amanecer,
mis manos la acarician
como ansioso no vidente
tratando de leerla
y dibujarla en su mente.
Saboreo íntimamente
este mágico momento,
como los rayos de luz
devorando oscuridad,
satisfago mi alma
con este pan celestial. .
Me miras dulcemente
inundándome con tu luz;
y en el silencio de tu boca
tu corazón, sonriente dibuja,
un “te quiero” ... y se sonroja .
Mis manos siguen acariciando
tu carita de ensueño,
la atracción es tan potente
como imán que atrae al fierro,
como pichón en el nido
a su madre que está en vuelo.
Tus ojos, ventanas de tu todo,
como fino laser impregnan
mi espacio de tu ternura
que se estremece y susurra,
como mar a sus asoleadas costas,
te Amo, te Amo dulzura.