José Luis Barrientos León

Temor a despertarnos

 

La noche enfurecida, con su negro de ébano

vacía, agotada del celeste, pero llena de vida

sin separarse de las imágenes memorables

que dejaron los besos,

oh el corazón desnudo que se entregó en latidos

 

Ahí está, mirándonos, curiosa,

contemplando aquella escena de amor correspondido

entre la intensidad de las sombras y los cuerpos que se juntan

como un grito inconexo de necesidad y deseo

 

Nuestros ojos solitarios, en medio de lo oscuro

todavía sorprendidos por la negrura que los irrumpe

experimentando la entrega en total abandono

hasta vencer el miedo que los separaba de la realidad

 

Reconcentrada la noche, aumenta su intensidad

un aire frío invade el espacio

como fantasma que regresa del pasado

impaciente, agitado,

como fiera en celo en procura de los amantes

 

Ahí están, los determina, absolutamente orgásmicos

medio vestidos de pudor y perversidad

entre sabanas, ocultos,

como temiendo a la noche que intenta devorarnos

un cuerpo junto al otro, despojados de decoro

posiblemente deslumbrados, por la oscuridad que los cubre

por el latido que los acerca sin importar edades

por el amor y el misterio de intuirse desnudos

 

Ahora la noche, avanzando en sus gemidos nocturnos

aprende nuestros nombres, tú y yo

posiblemente jóvenes, posiblemente ancianos

qué más da, la noche no sabe de calendarios

solo conoce la expresión de nuestros deseos

del temor a despertarnos, sin abrazos

sin estos versos.