Nació ayer, en primavera,
aunque otoño parecía,
por la fuerte ventolera
que Bizkaia padecía,
mi nieta Julia, en Madrid,
para llenar de alegría,
-a pesar de la Covid
y la amenaza sombría
de guerra, en el horizonte-
su casa, también la mía.
Será como un nuevo norte,
al que orientar nuestras vidas
y un bálsamo que conforte
y alivie nuestras heridas.
@ Xabier Abando, 23/03/2022