José Luis Barrientos León

Soñé...

 

Soñé con subastarme al tiempo

como los hombres que incomprensiblemente desafían la vida

envejeciendo en las butacas de este teatro

donde morir es el último acto

o quizá la única trama válida de este argumento

 

Soñé comprender las huellas dejadas en el camino

las verdades abandonadas, casi borrosas desde la infancia,

como heridas incurables que dejaron los aplausos

las aclamaciones del ego, que desafiaron el tiempo

 

Recordé angustias envejecidas entre versos

la adolescencia afectiva que olvidaron las canas

la juventud desempolvada por la sonoridad del aire

las noches incurables entre brazos de olvido

que mutilaron el alma con caricias malignas,

una ventana abierta, un jardín sin verdor

libros que entre lágrimas narraban despedidas

 

Recordé envejecer,

como un joven que aún no ha vivido

con la resolución de ser feliz,

escondida entre anhelos

y la vida colgando entre propósitos y sueños

preguntándome ¿qué habrá sido de mí?

si el tiempo no existiera

 

Soñé con subastarme al tiempo

como si el tiempo muriera