La tierra dura se me hace grano,
grano tierno de paja, entre mis manos,
cuando baja tu cintura por ellas, como
traje que me hubieran hecho. Acometo
tierras fértiles, hermosas todavía, llenas
de espirales y surcos, de erizadas laderas,
y de materiales verdes como la alfalfa.
Yo desciendo muy lentamente, con
sobriedad de lágrima compartida, entre
eriales de sombra, y complejidades de tumba.
Por tu cintura, yo navego y me hago oleaje,
oleaje múltiple y sin desasosiego: hortelano
de las rosas y los humedales-.
©