Al norte de tus ojos esa otra mitad del cielo,
donde el silencio es un idioma gastado
y un cuerpo entregado a la danza,
donde tu nombre está hecho de sangre y tinta,
donde tus huesos se enredan entre raíces
que arden al sol del mediodía como una noche exhausta.
Hay en tus ojos un mar de lágrimas adentro
entre nieblas que ahúman la tristeza desde siempre.
Llegas a mí desde la dimensión exacta de los sueños,
con el lento sollozo del ciprés y la esquina
rota de un naufragio, donde el océano se derrama
sobre un horizonte de bóvedas amables.
Con ánimo suicida abrí mi corazón a tu cansancio,
pero el dolor aún yacía en el fondo de mi copa.
Tengo el recuerdo de pájaros muriendo
para que nada exista y continúe la agonía.
En tus labios mi beso se hace ceniza
y deja su grito vacío en el aire.
Sobre esa ceniza estoy creciendo.
Hoy he visto tu sombra de agua en los espejos
como un recuerdo ido, como el eco de todo
lo que añoro y está muerto, de todo lo que vive
y es sacrificado. Tú ya no eres tú, y yo no existo.
Mi delirio es la medida de tu ausencia.
\"Pájaros de niebla\" (2022)