poetalibre

EL PÁJARO

Sigiloso navego por las profundidades de mi partida presuntuosa. Así desgastado por un combate de derrotas y de tumbas, de campos marchitos y clarines de victoria. Yo ando por edenes que me engañan, que a veces me dan la luz con pupilas de oscuridad y acero. Mi mente me pierde y me encuentra, me da razones y es sabia aún cuando lenta por los callejones de la razón se desangra. Virtud! Un cofre que se oxida, un tesoro que se desmaquilla, la virtud, tu tesoro y tu ruina, la verdad y la mentira, el todo y la nada, la obediencia que le circula al corazón. 
Y si la pierdo.. Sean las sombras que me rodean, aves negras que volando busquen su verdadero nido, su verdadero refugio, que desde luego no están del rededor de mi ser. 
Y si me pierdo, buscando en la honestidad y el orgullo, tal vez encuentre al otro lado del río, de ese río que jamás tuvo cojones de desbordar la tempestad, la paz y la guerra, el momento y la eternidad. 
Perecer quiero, pero sin gritos que suenen, sin fisuras que me infarten, sin el gris que cubre al bonito azul del cielo. Vivir pretendo amarrado a la razón que me soporta, al manantial eléctrico que me zamarrea a la injuria a veces dominante que muestra la verdad, la verdad más verdad de todas las verdades.. 
Yo tengo una voz gigante que tragué en mi niñez, tan honda y profunda que resuena en las propias entrañas, yo tengo un pájaro de alas oscuras que revolotea aquí dentro, cerca del corazón, yo me tengo a mí dentro de mí mismo y me hablo y me castigo y me libero y escucho al pájaro y me habla la voz y a veces les contesto y otras, me arranco los oídos, los órganos y las carnes y sigo andando desnudo por el mundo como un loco que atraviesa el andén sin su cordura y sin miedo...