Aida c. Gispert
Ruido
No te quiero volver a escribir, y a poder ser tampoco verte.
He quitado la sábana que llevaba puesta la Ansiedad y he descubierto tu nombre en ella.
Eres quien puso esta asquerosa máquina dentro de mí y la puso a funcionar.
Y es que su funcionamiento es de tus creaciones más crueles.
Ahora entiendo muchas cosas.
Produce simple ruido, pero resuena al chocarse con mis costillas
y nacen poderosas voces que contienen desilusiones y humillaciones.
Ahora lo sé, tú solo eres ruido en mi vida.