Fabio Robles

*** El legado del marinero***

 

Exhibiendo tranquilo su semblante,

disfrutó de un ocaso impresionante.

 

El calor de aquel mar lo seducía

lo llenaba, causándole alegría,

y la paz del ambiente lo envolvía

de manera conspicua cada día.

 

Muchos años llevaba el marinero

preparando sus redes con esmero,

 

esperando una pesca harto abundante

aunque nunca tenía garantía

a pesar de su esfuerzo tesonero.

 

De la vida un honesto pasajero,

ante retos jamás desfallecía,

su mirada enfocada en el levante,

 

sin pensar en quedarse prisionero,

de ningún pensamiento bandolero.

 

Su momento de triste melodía

lo cambió con atisbos de porfía.

Una tarde sentía que moría,

y partió con acordes de hidalguía,

 

su legado grandioso comprobante

de una vida por siempre edificante.