El grave sonido de tu voz
me lleva lento a un paraíso de dulzura,
me arrulla como viento de primavera
en sus largos brazos.
Llevas tatuada la luz cálida
de cielo y mar en el fondo de tus ojos,
y un puñado de brotes salpicados
en un prado donde te nace la poesía.
En el frenesí de tus palabras
llegas a la orilla de mis sueños
en barca de cristal,
con flores de la noche
y versos en tus bolsillos.
Necesitas pocos hilos de seda
para ir tejiendo deliciosamente
la caligrafía del sentir
que se posa en lo profundo del alma.
24/03/2022