Y me dijo…
Te estaré esperando…
Al caer de la noche, acompañado de la luna y las estrellas;
en el bramido del mar cuando las olas rompen en las rocas;
bajo la sombra de los pinos que cobijan nuestro espacio.
Y me dijo…
Eres mi alimento vivo…
El sabor que degustan mis labios al libar la miel de los tuyos;
ambrosía musical de notas y arpegios que deleitan mis oídos
y sacian esta sed y necesidad de respirarte y vivirte en mi todo.
Y me dijo…
Seré tuyo eternamente …
Adherido a la piel que te cubre, tatuado en tus tejidos;
en la voz que se escapa de mi alma y se hace verso;
en el decantar de tu aroma que se une a mi fragancia.