¡Qué poder cegador tiene lo oscuro,
y cómo se traga a la iluminación,
que no logra penetrar en la habitación
y todo queda oculto e inmaduro!;
el deseo apagado con bromuro,
y la mente quieta por la represión,
anestesiada y bloqueada, a presión,
con su futuro frágil e inseguro.
Aunque tú goces de gran oratoria
la absorberá la nariz colorada
y redonda, sobre la pista del circo,
si es que decides subir a la noria
que, en su girar, mezcla el todo y la nada,
y a la sabiduría la hace cisco.