Y llegó al atardecer
cual ventisca de aire fresco
como viento marinesco
que hasta me hizo estremecer.
Pero… ¡quién lo iba a creer
que llegara tan inquieta
provocando que un asceta
con todos sus embelesos
en versos le diera besos
inspirado cual poeta!
Hoy los años han pasado
tan fugaces como estrellas
dejando esas cosas bellas
que en el pecho se han guardado.
Y con ella he recordado
las flores de la pradera
con palabra tan sincera
pintando hermosos colores
que recuerdan los amores
de lejana primavera.
¡Ah qué hermoso fue el encuentro
del mensaje que oportuno
en mi mente ahora acuno
para siempre muy adentro!
Y en mis versos hoy concentro...
¡La nostalgia del ayer!
¿Y cómo iba a suponer
que tendría una sorpresa
si sutilmente regresa
llegando el atardecer?
La vida sigue su ruta,
los pasos dejan su huella
y el alma solo resuella
un sabor a rica fruta,
porque el alma lo disfruta.
Pero se fue con el tiempo
y sin ningún contratiempo
quedando solo recuerdos
transitando a pasos lerdos
y hoy el tiempo… ¡está a destiempo…!
…porque no la volví a ver,
porque hoy nada puede ser.